- ¿Qué es la basura espacial?
- ¿Por qué es peligrosa la basura espacial?
- ¿Cómo se produce la basura espacial?
- ¿Cómo podemos evitar la basura espacial? ¿Hay soluciones para reducirla?
- ¿Podríamos enviar nuestra chatarra metálica al espacio?
- ¿Qué accidentes ha provocado la basura espacial al caer a la Tierra?
- ¿Alguna vez ha caído en España algún resto de basura espacial?
¿Qué es la basura espacial?
Llamamos basura espacial a todo desecho producido por los humanos, procedente de la Tierra, que por diferentes causas ha quedado orbitando en el espacio, alrededor de nuestro planeta.
La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que existen unos 900.000 objetos de más de un centímetro -sin utilidad- girando en torno a la Tierra. Satélites inactivos, herramientas perdidas por los astronautas, restos de colisiones de cohetes y otros artefactos amenazan con interferir las telecomunicaciones terrestres y las futuras misiones.
¿Quieres ver un mapa interactivo de la basura espacial que nos rodea?
¿Por qué es peligrosa la basura espacial?
Los micrometeoritos (escamas de pintura, gotas de anticongelante solidificado o de combustible sólido) pueden dañar las placas solares de los satélites activos. Estos materiales son muy inflamables y contaminantes, por lo que en caso de explosión se dispersarían en la atmósfera.
Algunos satélites de la primera época de la escalada espacial contienen pilas nucleares con material radiactivo que podrían ser altamente contaminantes si volvieran a la Tierra.
Pero debemos saber que la mayor parte de la basura espacial que entra en la atmósfera se destruye al contacto con la misma por el calor del impacto. Solo en contadas ocasiones se han producido daños importantes en el caso de que fragmentos más grandes hayan alcanzado la superficie.
El verdadero peligro es la velocidad a la que se mueven estos objetos, más de 28.000 kilómetros por hora, lo que los convierte en auténticos proyectiles aun tratándose de fragmentos muy pequeños. El riesgo de colisión con otros vehículos en órbita es, por tanto, enorme. Esto representa una auténtica amenaza para los cohetes de exploración o los satélites con los que conseguimos, por ejemplo, herramientas tan útiles como el GPS.
¿Cómo se produce la basura espacial?
La basura espacial ha sido enviada por todos los países al espacio, desde que se inició la carrera por su conquista. Las grandes potencias son responsables en mayor medida de la chatarra espacial, dado que desde el año 1957 comenzó el lanzamiento de cohetes, naves y satélites para explorar el cosmos.
Pero también las agencias espaciales de los gobiernos, como la NASA (Estados Unidos), la ESA (Agencia Espacial Europea), Roscosmos (Rusia), CNSA (China) y algunas empresas privadas como SpaceX, OneWeb y otras que lanzan constelaciones de satélites para internet y otros servicios de comunicaciones. Como dijimos anteriormente, las misiones de exploración a la Luna, Marte y otros cuerpos celestes también han dejado residuos en sus trayectorias.
¿Cómo podemos evitar la basura espacial? ¿Hay soluciones para reducirla?
Digamos que se pueden implementar distintas estrategias para reducirla, puesto que evitarla totalmente significaría paralizar la exploración y dejar de utilizar determinados servicios ya indispensables en nuestra cultura: previsión meteorológica y prevención de desastres naturales, silvicultura, extinción de incendios, seguridad en altamar, geolocalización, etc.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
- Diseño de satélites y cohetes: desarrollar satélites que sean más fáciles que salgan de la órbita al final de su vida útil, o que se desintegren al regresar a la atmósfera.
- Crear regulación específica que exija a los operadores de satélites cumplir la disposición anterior en un determinado plazo, una vez que dejen de funcionar.
- Investigar y desarrollar tecnologías para eliminar la basura espacial, como redes, láseres o sistemas de captura robóticos.
- Mejorar los sistemas de seguimiento para detectar y rastrear objetos en órbita para evitar colisiones.
- Fomentar la cooperación entre países y organizaciones para establecer normas y prácticas comunes sobre el uso del espacio.
- Promover la educación sobre el problema de la basura espacial y la importancia de su gestión adecuada entre los actores del sector espacial.
La Agencia Espacial Europea, de la que España es miembro, se ha comprometido a cumplir la promesa de cero desechos para 2030. Este reto supone que la industria debe trabajar deprisa para diseñar y construir satélites compatibles con la medida.
¿Podríamos enviar nuestra chatarra metálica al espacio?
Lanzar chatarra metálica al espacio no constituye una solución viable ni responsable, en primer lugar, porque de lo que se trata es de retirar la basura espacial y no incrementarla. La adición de más desechos aumentaría la probabilidad de colisiones, lo que podría tener consecuencias graves para la infraestructura espacial.
Existen tratados y normativas internacionales que regulan el uso del espacio, por lo que lanzar chatarra al espacio podría contravenir estas regulaciones y generar conflictos legales y éticos. Además, el coste asociado al lanzamiento de cualquier objeto al espacio es extremadamente alto, por lo que, en lugar de considerar el lanzamiento de chatarra, es más efectivo desarrollar tecnologías para el reciclaje de materiales en la Tierra.
¿Qué accidentes ha provocado la basura espacial al caer a la Tierra?
Como hemos dicho anteriormente, la mayoría de los objetos en órbita se desintegra al ingresar en la atmósfera. Sin embargo, ha habido casos que crearon alarma en la sociedad como el del satélite Cosmos 954 en 1978. Este satélite soviético, que contenía material radiactivo, atravesó la atmósfera sobre Canadá y dispersó fragmentos radiactivos en una vasta área del norte de Alberta. Aunque finalmente no hubo víctimas, se tuvo que realizar una extensa operación de limpieza en toda la zona.
En 1997, un fragmento de un satélite cayó en una zona rural de Brasil. Aunque no causó daños significativos ni lesiones, el incidente destacó el riesgo de que la basura espacial impactara en áreas pobladas.
La Estación Espacial Internacional (ISS) ha tenido que realizar maniobras de evasión en varias ocasiones para evitar colisiones con fragmentos de basura espacial. Aunque no han causado accidentes graves, la basura espacial representa un riesgo potencial para la aviación.
En 2020, un fragmento de la parte superior de un cohete Long March 5B ingresó en la atmósfera y se desintegró sobre el océano, pero su trayectoria inicial lo llevó sobre áreas pobladas, lo que generó tremenda preocupación.
¿Alguna vez ha caído en España algún resto de basura espacial?
En España, los incidentes relacionados con la basura espacial han sido limitados, pero ha habido algunos eventos notables que han llamado la atención sobre el problema.
En 1997, fragmentos del satélite Cosmos 2290, cayeron en la provincia de León, pero no causó daños ni lesiones. En 2018, el laboratorio espacial Tiangong-1 no impactó directamente en España, pero su trayectoria generó preocupación en varios países europeos. La entrada en la atmósfera fue monitorizada muy de cerca, y aunque se desintegró sobre el océano Pacífico, el impacto psicológico fue importante.
España, a través del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y otras instituciones, participa en el control y vigilancia de la basura espacial, así como en la investigación sobre sus efectos.